Es un lugar común que los cines sacan más dinero por las palomitas y la comida rápida que por las entradas. Se calcula que el margen de beneficio de un cubo de palomitas de maiz es del 90%, mientras que la entrada sólo da un 10% al propietario del cine. En el fondo, el cine ha acabado siendo una especie de reclamo para tiendas de chucherías. La realidad de los números está llevando a que las producciones cinematográficas poco atractivas para el público no salgan al circuito main stream:
[...] el menú dietético y cinematográfico está pensado para aquellos comprendidos entre los 17 y los 28 años, los que se dejan el dinero. Eso elimina cualquier película por debajo de los 200 millones de dólares de presupuesto y con un mínimo de guión tras los efectos especiales. [...]
(Rocío Ayuso, Los tiempos están cambiando, el País, suplemento salmón del 21 de septiembre de 2009, donde se dan las cifras de rentabilidad).
Esta realidad es consistente con lo observado en los grandes proyectos de entretenimiento: cada vez resulta más difícil lanzar un bombazo tipo spicegirls, o un peliculón, y cada vez se observa con mayor frecuencia un comportamiento de larga cola en el ROI de la industria del entretenimiento. Esencialmente, hay un profundo cambio de roles e intermediarios.
El año pasado nos dio por sostener la teoría de que el futuro del cine estaba en la publicidad, concretamente en el product placement. Era una teoría aparentemente descabellada. También es cierto que, además de la teoría, en ciertos momentos de la defensa de nuestras ideas sosteníamos unas copas de blanco en el museo Guggenheim durante la presentación del libro de @alorza. Aquello no pasó de un post con las mamachichos, en el que ni yo mismo era capaz de definir hasta qué punto estaba de guasa y mal humor. El caso es que el otro día me topé con dos noticias.
En ambos casos, se afirma, la serie mantiene personalidad, y la publicidad no atenta (excesivamente) contra el espíritu del argumento. Quizá no sea del todo cierto, pero seguramente guionistas y publicistas estén aprendiendo a graduar el mensaje.
Si se piensa bien, tiene sentido. Todo el mundo ha establecido alguna vez paralelismos entre las series americanas y la adopción de modas y costumbres. Halloween, por ejemplo, es un caso claro, pero hay otros más sutiles. Los fans de Civilization saben de qué hablamos: en el juego de Sid Meier Civilization III, la propagación de cultura, junto con la invención del Rock y Hollywood, dan puntos a los jugadores.
Así que llegamos a la exacerbación de la publicidad. Se realiza un proselitismo de marca, y el anunciante afina el target. Pero, ¡un momento! Esto sólo puede funcionar si... si... ¡si los capítulos se propagan por todas partes, y la gente no sólo los ve cuando se emiten, sino en cualquier momento, a todas horas, en you tube, y, oh, señor, en el P2P. Y... ¿no es eso lo que la industria del cine se quería cargar? :D
Algunas lecturas edificantes para entender de qué va esto:
me he encantado. También se agradecen los ejemplos presentados y sobre todo, el final
Interesantes las reflexiones sobre el futuro de la industria del cine. Solo por aportar algunas pequeñas ideas a las mismas...
- La industria musical y la cinematografica tienen muy poco en comun. La grabacion profesional de una cancion (o conjunto de ellas) y su posterior difusion estan al alcance de cualquiera. No asi la creacion de una pelicula, que requiere de una gran inversion de dinero. En el caso de la industria musical, estamos ante un cambio de formato que afecta al soporte y a los intermediarios, no al producto (tal y como se mencionan en los articulos anteriores y Alaska resume en su video).
- Las series de TV son herederas de los antiguos seriales de radio y cine. Por lo tanto las series no son algo nuevo para el septimo arte, y si un concepto que fue transferido a un nuevo medio. Y resulta que la aparicion de otro medio como es Internet va a hacer muy probablemente que el cine y la TV tengan que evolucionar, adaptarse a las nuevas posibilidades y reestructurar su modelo de negocio. El product placement se puede aprovechar de la amplia difusion de los productos a traves de la red, pero es solo una de las posibilidades que esta brinda. Resulta contradictorio el cortar el consumo de un producto que se quiere vender, y si mucho mas inteligente el poner en valor ese consumo.
- El gran cine, es decir, aquel que esta destinado al gran publico y cuya produccion supone muchos millones, tiene un problema a la hora de conseguir recuperar las inversiones realizadas. No tanto por el descenso de asisitentes a las salas, sino por la drastica caida en la venta de soportes de video. Sin embargo, el numero de espectadores (es decir, aquellas personas que han utilizado/visto el producto)ha crecido de manera espectacular en los ultimos 5 años. Por tanto, y una vez mas, se trata de encontrar la manera de que los espectadores contribuyan. Los primeros experimentos en descargas de pago han dado buenos resultados, pero se trata de modelos claramente subdesarrollados y creados por gente no perteneciente a la generacion digital. Solo los servicios creados por gente muy joven nos dan pistas de por donde van a ir las cosas...
Uf, que de cosas se quedan en el tintero... perdon, el teclado. Un placer el leerle a usted, como siempre.
Salud!
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Si quieres curiosear, puedes consultar:
http://tira.escomposlinux.org
La tira ecol ha vuelto.