Quizá el mejor libro generalista moderno sobre la Segunda Guerra Mundial. Es un manual completo, conciso (para el tema tratado), su lectura se disfruta. Resulta libro interesante porque, entre otras cosas, no da nada por hecho y por sabido, y al tiempo hace suya la máxima de que los aficionados hablan de estrategia y los profesionales de logística (cuánto hay de verdad, dirán los jugadores de OCS).
Desmitificador con casi todos los tótemes de la época. Pone a caer de un burro a todo el mundo (Guderian, Rommel, Monty, Churchill). Contiene la descripción más divertida que haya leído nunca de Omar Bradley, y un montón de verdades como puños soltadas con atrevimiento y originalidad. Sólo se salvan Eisenhower (“es impresionante el mérito de este hombre al bregar con una panda de cascarrabias ególatras”, cito mal recordando) y Patton: si no hubiera sido tan bocazas, su valía no se habría desperdiciado. Interesantes anexos sobre armamento y asuntos militares: logística, etcétera. Los mejores capítulos son los finales, (pueblos en guerra), ya que ilustran las consecuencias sociales del esfuerzo industrial. Pese a tratar un asunto manido, he disfrutado de los enfoques novedosos, y los capítulos sociológicos. Determinados pasajes se hacen áridos por la falta de novedades si se conoce el tema, pero aun así merece la pena.
Los dos autores reconocen implícitamente su anticomunismo, así que la única pega es que algunas afirmaciones o teorías deben leerse sin apasionamiento. Algunas fuentes autorizadas discuten en internet ciertas afirmaciones muy particulares; por ejemplo, Charles M. Baily (moderno teórico retroactivo de la guerra mecanizada, con un inencontrable manual sobre la doctrina de blindados norteamericana en 1930-45), discute ciertas aseveraciones [PDF] sobre el protagonismo de Patton al retrasar la producción del M26 Pershing, pero ya estamos hablando de finísimas hiladuras. Para los fans del tipo de discusiones sobre si el T34 era mejor que el M4 Sherman, este foro será de su interés.
MCU, ISBN 8484323234, Editorial Crítica, Barcelona, 2004, 504 páginas. Estos días he visto ediciones de bolsillo, más económicas y en dos tomos.
En este libro, en su primer capítulo se dice: "Franco alargó la guerra para matar el mayor número de republicanos posibles". Y se quedan tan anchos. Esa afirmación es una gilipollez. Si Franco alargó la guerra, desde luego no fue por eso. Con la guerra ganada podía matar a todos los republicanos que quisiera.
Hola Pepote:
coincido contigo en que la cita que comentas es una frase soltada muy a la ligera por parte de Murray y Millet, y por tanto el argumento pierde fuerza por una cuestión de forma. No conozco bien la Guerra Civil Española, así que no puedo opinar con mucho fundamento, pero probemos a imaginar que hubieran dicho algo así como "Inseguro sobre sus posibilidades de controlar el gobierno tras la guerra, Franco la alargó todo lo que pudo para diezmar el mayor número de enemigos y reafirmar su posición entre las facciones rebeldes. Posteriormente, habiendo logrado la jefatura del estado, esta prolongación de la guerra se reveló como innecesaria, ya que Franco pudo reprimir a voluntad".
Obsérvese que, estableciendo un paralelismo que se encuentra en "No sólo Hitler", los nazis fueron probando tímidamente medidas represivas hasta estar seguros de que nadie iba a quejarse. Si piensas en la teoría de Kershaw de que Hitler era un líder en posición débil que dependía mucho de la opinión pública, no es descabellado pensar que una redacción de la frase como la sugerida puede ser acertada.
Otros han discutido otras afirmaciones de esta obra, como indico al final de la nota. Así mismo, les pierde cierta tendencia a resultar socarrones, pero no por ello deja de ser un manual estupendo.
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