Nota introductoria para nuestra nueva sección de gestión de empresa comparada e historia militar.
Esta frase, atribuida al CEO de Sony Akio Morita, es quizá apócrifa, pero refleja un interesante enfoque de los negocios. Si bien puede entenderse como la descripción negativa de una política industrial agresiva, es más adecuado analizarla como el aprovechamiento de las enseñanzas de los grandes conflictos bélicos para trasladarlas a una competición. O de otra forma, para analizar cómo se gana y cómo se pierde y ser capaz de elegir una estrategia, establecer unas métricas y predecir el resultado, puesto que no tiene sentido emprender un negocio ("guerra") si no se está seguro de ganar (aparente perogrullada de Sun Tzu, pero de gran calado especialmente por la cantidad de veces que es ignorada). Es importante analizar los matices: ganar, sacar un beneficio, no implica necesariamente la derrota del otro, sino el correcto desempeño de las habilidades propias en la consecución de un objetivo claro. También es cierto que determinadas estrategias no buscan la "victoria" sino el desgaste y erosión, es decir, el beneficio inherente de provocar el conflicto como un medio de evitar que nadie gane.
Se cuenta que, interrogado por las consecuencias de la Revolución Francesa de 1789, el primer ministro chino Zhou Enlai dijo que era demasiado pronto para sacar conclusión alguna (habían pasado sólo 150 años). Es decir, que para extraer conclusiones sobre el resultado final de un acontecimiento, es necesario observarlo desde la distancia que proporciona el tiempo. Distancia que, además de lo temporal, implica el conocimiento de los datos a lo largo del tiempo y la capacidad de conocer la evolución de las consecuencias de un acontecimiento en ciclos largos.
Las modas de gestión de empresa y los libros de autoayuda para directivos (es decir, obras de los gurús del management) son, por su propia definición, pasajeros y propios de un sector en constante cambio. Un directivo cambia de puesto mucho antes de que su política dé unos resultados definitivos y que tenga tiempo de desarrollarse completamente. En otras palabras, la vida media de un directivo en su puesto es mucho más corta que el tiempo necesario para que una política dé todos sus frutos. Para bien o para mal, los periodos de ejecución están artificialmente reducidos y supeditados a un ciclo legislativo (y de generación de ingresos) cuando debería ocurrir al contrario.
En Simbiontes mantenemos una sección dedicada a la Historia Militar que refleja nuestro interés en la materia. La Segunda Guerra Mundial es, especialmente, un conflicto apasionante. Media Humanidad estuvo preparándose durante años para, durante un lustro (más aún en el caso de Japón y China) exterminar al cinco por ciento de la población de la época, modificar el mapa, cambiar el colonialismo europeo por el de las multinacionales, sustituir unos imperios por otros y, de paso, provocar un terremoto social que dejó un mundo irreconocible. El concepto de guerra total y la movilización masiva, la supeditación de las economías y políticas a un único objetivo, dieron (por desgracia) la mayor empresa colectiva emprendida por la Humanidad. Cinco bloques (Alemania e Italia, los aliados occidentales, la URSS, China y Japón) pusieron en práctica políticas y técnicas de gestión diferenciadas para alcanzar el mismo objetivo, con resultados finales que se propagaron hasta los años 90.
A nota por tópico, de aquí al verano septentrional hablaremos de:
Una página colectiva y ecléctica para comentar y apuntar cosas.
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Si quieres curiosear, puedes consultar:
http://tira.escomposlinux.org
La tira ecol ha vuelto.