Viene de la primera parte de este artículo sobre Pareto y la Larga Cola.
He aquí la larga cola con el princio de Pareto sobreimpreso. Este pequeño chisme permite ilustrar el efecto de la larga cola y cómo esta altera el principio de Pareto. Suponiendo que el 20% de ese mercado tradicional se mantenga constante, al ampliar los mercados rentables gracias a que la tecnología los vuelve practicables, la proporción de Pareto se ve modificada. El valor absoluto del 20% original se mantiene, pero su valor relativo disminuye.
El área roja (valor del mercado tradicional) se mantiene constante, pero su porcentaje relativo disminuye a medida que el área amarilla aumenta. Al mismo tiempo, se ve claramente cómo disminuye la relación 20-80 de tamaño de mercado (vs Valor, representado por las áreas).
Por supuesto, esta simulación no tiene en cuenta las alteraciones que el mercado tradicional sufre. Es decir, no está claro que su valor absoluto se mantenga constante, y hay signos de agotamiento (véase los casos de General Motors, Kodak y Madonna expuestos en la primera parte).
Hasta no hace mucho, la larga cola era claramente un fenómeno propio de internet, pero, como indicábamos en el wikipismo, el fenómeno está trascendiendo a sectores tradicionales.
Nota bene: la larga cola es, paradójicamente, una representación de la distribución de Pareto. Lo que modifica, quede claro, es el principio de Pareto. Es decir, la deducción (principio) que Pareto hizo al observar un fenómeno (la distribución de Pareto). Ya decíamos en la primera parte que Pareto le dio muchas vueltas al asunto. También participó en el desarrollo de la ciencia de la microeconomía.
Notas (para esta segunda parte y la primera).
A vueltas con el wikipismo, estoy intentando explicar a un cliente porqué en 1998 los portales no funcionaban y, por el contrario, en 2007 no es una mala idea reforzar su presencia en internet. Es decir, porqué en 1998 no y ahora sí. Vamos a hacer un refrito con los materiales sobrantes y no confidenciales.
Este tipo de aquí es Vilfredo Pareto, un sociólogo italiano que, estudiando la renta per capita en 1906, demostró que el 80% de la riqueza estaba en manos del 20% de los italianos, y que eso era un fenómeno visible en otras distribuciones. De esos trabajos, Pareto tuvo el mérito de extraer científicamente una serie de conclusiones y observaciones que se materializan en forma de leyes, curvas de distribución y probabilidad, leyes naturales o de organización de sistemas caóticos. Generalmente, su trabajo más popular se conoce como "la regla del ochenta-veinte", y es un mantra que se repite en todo master y cursillo para directivos, agentes comerciales y demás fauna. Tomársela como una ley al pie de la letra es un error, pero el fenómeno tiende a rondar el 80/20 (hay quien afirma que Pareto vio un 70-30). Volviendo al principio de Pareto, básicamente dice así: el 20% de tus clientes proporciona el 80% de tus ingresos. Por tanto, debes concentrarte en ese 20% productivo. (Eso explica también por qué, si tienes 30 años, no es buena idea abrir una cuenta corriente en la oficina central de un banco. En su lugar, lo que debes hacer es abrir tu cuenta en una oficina recién abierta, tal vez en el extrarradio, de una entidad financiera que intenta abrirse mercado, y atendida por gente joven para la que vas a ser un cliente a tener en cuenta.)
En los sesenta, el futurólogo Alvin Toffler empezó a predecir que los adelantos tecnológicos tendrían como resultado una mayor participación en los medios de producción. En una serie de reflexiones que van de los 60 a los 90, Toffler definió el concepto de prosumidor (bautizado, empero, por MacLuhan), explicó el paso de una sociedad industrial a una post-industrial basada en el conocimiento y la tecnología, fenómeno que llamó la tercera ola y trató como el shock del futuro; también habló de algo que hoy llamaríamos vagamente "gobierno P2P", y él denominó adhocracia, o gobierno fluido basado en el conocimiento. Fundamentalmente, es un tramo terminal del proceso que Guttemberg desencadenó convirtiendo a los obedientes campesinos agrícolas del siglo XVI en una panda de rebeldes conscientes de sus derechos (la cita es de Van Doren). Un signo claro de la tendencia líquida es la progresiva e insistente horizontalización de las organizaciones y jerarquías. A Toffler se le ha criticado mucho y tiene amigos complicados: jerarcas chinos, Newt Gingrich, y gente más presentable como Gorbachov. No me cuento entre los seguidores de Toffler, pero lo cierto es que partes de sus ideas y análisis se están demostrando certeros, si bien se puede disentir con ciertas interpretaciones y conclusiones.
Pareto y sus ideas han predominado en el siglo XX, pero Toffler, o, mejor dicho, los fenómenos que describe Toffler, están alterando la validez universal del principio de Pareto. Cien años de vigencia dan como para que una idea se grabe a fuego en el subconsciente colectivo y sea considerada una ley natural inamovible. Aplicada a la mercadotecnia, es el origen de la mayoría de políticas de mercado. Sin embargo, la tecnología está posibilitando que la fracción poco fructífera del 20% de un mercado se vaya ampliando asintóticamente. Por utilizar un símil minero, hay un montón de yacimientos que hasta ahora resultaban inalcanzables o nada rentables, pero los avances tecnológicos los vuelven accesibles y rentables. ¿Cómo? Por la confluencia de dos fenómenos:
Esta tarde se ha celebrado en el Hotel 3 Reyes de Pamplona, una jornada organizada por CEIN en la que ha participado Isabel Aguilera, Directora General de Google España.
En su conferencia titulada "La creciente influencia de la Tecnología en la Empresa", Isabel ha comenzado contextualizando los cambios ocurridos en los últimos años: tecnologías cada vez más accesibles, clientes cada vez más informados, nuevos dispositivos, un comportamiento always-on, etc.
Posteriormente ha revisado las que ella considera las diez reglas para el CIO del Siglo XXI, en las ha intentado sintetizar algunas de las tendencias que actualmente se dan en el sector: Tecnología integrada en el negocio, usuario prosumers que colaboran con las empresas, entornos abiertos, todo IP, maduración de los desarrollos mediante la colaboración masiva, transparencia y participación de los usuarios, un perfil cada vez más multidisciplinar de los CIOS,...
Ha planteado su visión sobre el nuevo paradigma de la tecnología, para finalizar hablando de algunas tendencias empresariales, en las cuales la tecnología tendrá mucho que ver.
La conferencia me ha decepcionado un poco, ya que esperaba otro tipo de presentación. Me ha parecido una conferencia bastante elemental, poco acorde al perfil de los asistentes de la jornada, que eran principalmente del sector TIC.
Me quedo con una reflexión que me ha parecido interesante. Según ella, la lealtad en el cliente actual no existe. Para ella lo que consideramos lealtad, no es más que una decisión racional repetitiva, tomada en base a una experiencia anterior positiva y a una oferta que se nos presenta en un momento dado.
Además de la conferencia, se ha aprovechado el evento para entregar los premios WebActiva que este año han recaido en Citean, CUN y Aranzadi. Enhorabuena a mis antiguos compañeros de BIKO2 por haber desarrollado dos de los tres proyectos premiados.
[Consejos expresados por una amable funcionaria armada en la oficina donde expiden pasaportes y documentos de identidad, al ser preguntada por el mejor momento para pedir hora.]
PS: NcR, cuando hablamos del DNI-E, estaba pensando en el 2CA, así que he ido a sacarme el E.
El gobierno Francés está planeando colocar un millón de cámaras de vigilancia en las calles del país para incrementar la seguridad. ¿Hasta qué punto la medida es práctica? Mucho.
Si se conjuga la videovigilancia con la capacidad de almacenamiento, el acceso rápido a datos, la capacidad de proceso y detección de patrones, se agita todo bien y se cruzan datos, se puede hacer de todo y rápido, muy rápido. Como en el caso del hombre anumérico y el spam financiero, lo que tenemos aquí es la suma de saltos cuantitativos que dan lugar a uno cualitativo. De repente, lo que no era viable resulta perfectamente factible por una cuestión de potencia de cálculo.
Hace unos años me llamó un amigo por teléfono. Era su primera noche de policía recién salido de la academia y le habían puesto a mirar los monitores de vigilancia de la comisaría. Un trabajo de becario. En aquella época teníamos más pelo en la cabeza y jugábamos mucho a rol. Un asunto recurrente en las partidas era cómo infiltrarse donde los malos esquivando la videovigilancia. "¿Sabes que los monitores no los mira nadie? Al cuarto de hora te has hartado" me dijo.
La diferencia entre esta década y la anterior radica en la potencia de cálculo, el almacenamiento barato y el refinamiento de los algoritmos. Todo esto permite que la vigilancia la realicen máquinas buscando patrones y llamando la atención de un operador humano en el momento en que pase algo que merezca la pena. Por ejemplo, se puede detectar un accidente de tráfico como una interrupción del patrón habitual (coches pasando).
Pero más allá de la seguridad vial, hay una combinación de técnicas que resulta interesante resumir:
La característica esencial de todos estos ejemplos es que el proceso es automático en su mayor parte y, por tanto, extremadamente rápido. Hace diez años, para aplicar uno sólo de esos procesos de localización de un solo individuo era necesario disponer de decenas personas y llevaba días en el mejor de los casos, sin demasiadas garantías de éxito. Fundamentalmente, la vigilancia era reactiva: si había ocurrido algo, las imágenes se estudiaban posteriormente. Ahora, la vigilancia puede ser proactiva y mucho más eficiente.
Todo este panorama orwelliano no tiene mayor problema en una sociedad democrática. Por decirlo rápido, uno se fía de los vigilantes. Ahora bien, a nadie se le escapa la facilidad con que esto se puede pervertir y emplearse en contra de la ciudadanía. En el plazo de un decenio, un país puede contemplar cómo ciertas libertades desaparecen sin demasiados aspavientos y cómo es posible juzgar a alguien en un proceso secreto, sin abogados y sin que el reo conozca los cargos. No es, por tanto, una cuestión de privacidad o de intimidad, sino de algo más serio y que requiere de legislaciones acordes, pero, especialmente, de ciudadanos que frenen a tiempo cualquier desviación de las más exquisitas normas.
Una página colectiva y ecléctica para comentar y apuntar cosas.
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Si quieres curiosear, puedes consultar:
http://tira.escomposlinux.org
La tira ecol ha vuelto.