Planeta de Agostini está reeditando las tiras de Gastón el Gafe. La edición está rotulada a máquina con una tipografía de tipo cómic, menos natural que la rotulación a mano que salía en la revista Spirou hace casi 30 años. La buena noticia es que esta edición incluye los autógrafos de Franquin. La edición es buena; aunque en castellano la mejor es la que se hizo en Spirou, y aunque los gags y las onomatopeyas están mejor en francés (especialmente porque la rotulación era del propio Franquin) esta edición es una buena opción. Pero vayamos con el asunto de los autógrafos de Franquin.
Empezando en la plancha 644, y de forma casi permanente desde la número 667, André Franquin firmaba cada historieta con un motivo relacionado con el argumento. Hasta donde yo sé, algunas ediciones antiguas parecen eliminar los autógrafos de Franquin; una idea estúpida, ya que esos hológrafos son amenudo tan buenos o mejores que las historietas. M'enfin! Esta es la primera vez:
En Francia se publicó una recopilación de todos esos hológrafos en una edición limitada de cuatro mil ejemplares. Creo que vistas así quedan fuera de contexto y pierden la gracia. Son los clásicos despojos y saqueos que aparecen en los aniversarios mitómanos.
Para los fans, en Dupuis sacan una plancha cada día en esta dirección: http://www.gastonlagaffe.com/sitefr/gag.php. Igual programamos un recolector de tiras... En la wikipedia, el artículo en inglés sobre Gastón incluye un montón de anécdotas y chascarrillos, incluyendo referencias al auténtico señor Mesmaeker.
André Franquin es un ilustrador aparentemente descuidado, pero sus dibujos tienen un nivel de detalle impresionante, a la altura de Sergio Aragonés. Se dice que Franquin es una influencia importante en Francisco Ibáñez, y me he encontrado con un montón de gente que sostiene esa teoría con una docta insistencia.
Los primeros tomos de la colección de Planeta están muy baratos (el 1 y el 2 juntos por 5 €, el 3 y el 4 a 5 € cada uno, y los siguientes a 10 €). Por lo que he visto, estos primeros tomos llevan las tiras antiguas de 1950 (sin firma), a media página y con el trazo aún juvenil, pero el color es intenso y no parecen tan antiguas-
Alfred E. Neuman es el ubicuo personaje/mascota de la revista Mad desde hace 50 años, hasta el punto de que ya trasciende la irreverente revista y es un icono nacional en EE.UU. Dicen que es el icono del idiota por excelencia. Yo me inclino a pensar que es lo bastante astuto como para hacerse el tonto y pasar por inofensivo. Y no lo digo porque tengamos las orejas parecidas...
Ayer pude hacer unas cuantas fotos de este pájaro esquivo e inquieto. No suelo contar estos éxitos, pero he estado cinco años detrás de una foto suya, y lo suelto o reviento. El pico mediano es un pariente del picapinos o pájaro loco. Tenía localizado a un individuo, pero es un pájaro paranoico, escurridizo y no para quieto. Sólo sabía que era un dendrocopus (hay media docena de variantes), y lo había visto dos veces muy fugazmente, lo bastante para identificar la cola espalda listada. No se posa en el suelo sino que se escurre entre ramas, se oculta a la mínima sospecha y va de un sitio a otro.
Entre la tarde del sábado y la mañana del domingo ha caído una tormenta de catorce horas que ha revuelto toda la fauna de la comarca. Justo cuando los coletazos de la tormenta se disolvían, he oído cómo un pájaro se estrellaba contra el ventanal. Suelo ir a echar un vistazo por si puedo echar una mano: basta con taparlos con una caja para que no se enfríen y se recuperen durante un rato. Allí estaba, atontado entre los rosales. Ni se ha movido. Otro pico mediano estaba a su lado y ha salido volando. He tirado una docena de fotos mientras el pájaro sólo parpadeaba. Al cambiar de ángulo, y antes de que pudiera hacer nada más, ha escapado como si nada.
Lo curioso es que un par de horas después, siguiendo su rastro y patrullando la parte donde se han escabullido los dos, he visto otro, que supongo que sería uno de los dos, encaramado a mi catalpa. La caperuza me ha confundido (pensaba que era un pico menor) pero la zona anal rosácea es característica del mediano, y el tamaño también concuerda, así como el reclamo (parece un mirlo, lo que me despistaba), y que apenas martillea con el pico. Como esto es una afición, podría estar equivocado.
Parte de la diversión de seguir pájaros consiste en buscar pacientemente las ocasiones para verlos. Se puede ir a un zoo y fotografiarlos, pero no tiene gracia. Como en el coleccionismo, tan importante o más que tener las cosas que buscas, es el proceso de búsqueda, el acecho, sobre todo si tu objetivo es escurridizo (como jugar con simuladores de submarinos de 1939-45). Después de cinco años intentando verlo, ha venido a parar nada menos que al salón de casa.
Ha sido un fin de semana completo: también he podido fotografíar un ratonero común que merodea por casa desde finales de invierno (también se ha plantado en mi ventana: chillan con un molesto lamento que me despertó el sábado y lo pillé encaramado en un cedro). Con el jaleo de la tormenta ha habido algunas disputas territoriales: dos ratoneros se peleaban con un milano negro y un buitre común que parecía bastante perdido, pero estaban demasiado alto como para hacer buenas fotos.
Todavía quedan algunos retos. Desde hace años, voy detrás de un arrendajo. Y creo que este verano podré hacer buenas fotos de buitres leonados.
The music-room in the governor's house at Port Mahon, a tall, handsome, pillared octagon, was filled with the triumphant first movement of Locatelli's C major quartet.
Dice la wikipedia que la obra más conocida de Pietro Locatelli no existe. En las primeras líneas de Capitán de mar y guerra, Patrick O'Brian menciona un cuarteto, pero no se conservan ni conocen cuartetos de Locatelli. Cabe pensar que O'Brian improvisó, no tenía referencias fiables a mano, o simplemente se equivocó y luego no quiso corregir. Pero, ¿acaso existe una pieza triunfante y vigorizante de Locatelli que pudo inspirar a O'Brian?
Locatelli no es muy conocido, tal vez porque Vivaldi eclipsa a sus coetáneos. Violinista virtuoso y discípulo de Corelli, probablemente sus obras de cámara son demasiado complejas y generalmente se arruinan por falta de química. (Aquí siempre hemos defendido la teoría de que hay que entender el periodo y conectar con el compositor, aunque sea quinientos años más viejo que tú, para que interpretes decentemente).
Hay unos tesoros dispersos por ahí en los que es posible escarbar y encontrar algunas joyas como las que se desglosan a continuación: la sonata en Do menor (Op. 6 No. 5) y la sonata en Sol mayor (Op. 5 No.1), ambas para violín y bajo continuo, interpretadas con un garbo escalofriante por Philarmonia Virtuosi. No están en la banda sonora de la película, pero en este disco del sello ESS.A.Y. se pueden escuchar: Musical Evenings with the Captain. Los mitómanos encontrarán, además, que las notas del libreto son de POB.
Si hay que elucubrar sobre el movimiento triunfante que inspiró a O'Brian, me quedaría con el segundo de la sonata en Do, o, especialmente, el tercero de la sonata en Sol. Y sobre los intérpretes, una agrupación de cámara neoyorquina, justifican un viaje de quinientos kilómetros para escucharlos. Dado que ESS.A.Y es su propio sello discográfico y que tienen una sección sólo para POB y que consiguieron que este les hiciera las notas del libreto, seguramente son así mismo mitómanos de O'Brian, lo que explica la devoción y la química y los resultados.
Otro día hablamos de precursores de la ópera barroca, química y Curtis, ¡el tipo que hace que hasta los recitativos sean divertidos!
Una página colectiva y ecléctica para comentar y apuntar cosas.
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Si quieres curiosear, puedes consultar:
http://tira.escomposlinux.org
La tira ecol ha vuelto.