Hace algo más de un mes que recibí el Nokia N93 de ZedCentral, y ya iba siendo hora de que comentara algo sobre él. Este sucesor del N92, es un híbrido de videocámara y teléfono móvil tiene unas características realmente espectaculares:
* Teléfono tribanda con UMTS y EDGE.
* Dimensiones: 118mm x 56mm x 28mm. 180gr. de peso.
* 2 pantallas: Una QVGA de 2,4 pulgadas y 260.000 colores y otra secundaria de 1,1 pulgada y 65.000 colores
* Cámara de 3,2 Megapixel, óptica Carl-Zeiss, zoom óptico de 3x y autofocus.
* Grabación de vídeo en calidad VGA a 30fps.
* Reproductor de MP3 y WMA, Visual Radio.
* Bluetooth 2.0, WIFI B/G, USB 2.0 (a través de cable pop-port), y compatible con uPnP.
* Memoria interna de 50 MB con soporte de tarjetas miniSD.
* Salida de TV.
El paquete que recibí contenía la caja de terminal, así como información relativa a los términos de la cesión del terminal, y el procedimiento a seguir para devolverlo.
La Caja contenía el terminal, una tarjeta miniSD de 1Gb, unos auriculares stereo, un cable pop-port de conexión a la TV, un cargador, una funda de piel, manuales, un CD con software, y un DVD con un curso de Golf.
Ayer estuve leyendo un pasaje de la Torre de la Golondrina, de Sapkowski, en el que hay un interrogatorio judicial a un testigo no encausado y no hostil. Es decir, que no es un acusado, y el tribunal no tiene una causa contra ese testigo. Me di cuenta de que el tono formal --vamos, el acoso autoritario- es idéntico a el de El Proceso, de Lem (en Más cuentos del piloto Pirx). Se empieza con una enumeración del tribunal que expone las reglas del juego. Esencialmente, al testigo se le van retirando derechos como quien deshoja una margarita, uno por uno. Al final, sin pétalos, este queda expuesto, despersonalizado. Luego, es reconvenido severamente cada vez que apunta la menor querencia a salirse del cauce de las reglas. Poco menos que a bastonazos. Todo muy dialéctico, sin violencia física, claro, pero recordando al testigo que ya no es una persona, sólo un sujeto judicial que se ha cruzado en el camino de un dios ciego e implacable.
Aquí lo que se conoce es la tradición judicial americana, transmitida por el cine. Acaso, Testigo de cargo sentó a la británica las bases de ese cine, pero ahora es un producto cultural netamente americano. Siempre llama la atención ver otras formas judiciales e imaginarse como habría de ser conocer el comunismo en los 60-70.
Le Carré tiene una novela en la que discurre un proceso judicial secreto de corte estalinista en los 50-60, pero no tiene ni color, a pesar de esos dos adjetivos cuya sinergia es tremebunda: secreto y estalinista. Yo supongo que la diferencia radica en haberlo vivido o no.
Otro día hablaremos de Sapkowski.
Llega la segunda temporada de Roma, que se empieza a emitir en Estados Unidos el 14 de enero próximo. En realidad, esta noticia es un refrito de rumores aliñados con unos pocos detalles aparentemente veraces. No hay mucha información, pero tanto IMDB como Wikipedia se hacen eco de las fechas de emisión avanzadas por HBO, que a la postre son lo más sólido que hay en el batiburrillo de informaciones que manejamos. Dado el lugar preeminente que ocupa el anuncio en la página de HBO, la fecha es decididamente definitiva. Atentos, porque la reemisión de los capítulos de la primera temporada puede confundiros.
Aparentemente, mirando el reparto y leyendo entre líneas las intenciones de la productora expresadas en sus notas de prensa, se puede deducir lo siguiente: la trama continúa con los acontecimientos tras el asesinato de Julio César, los ajustes políticos y el segundo triunvirato. Probablemente termine con el inicio del imperio de Augusto (en el 27 AC), lo que da para unos 15 o 20 años más de trama. Después, la productora parecía decidida a no continuar la serie, porque pensaban que el público estará saturado, y el ciclo de producción de una serie histórica como esta es muy largo y se dice que para cuando hubieran sacado la tercera temporada, habría perdido el interés de la masa. Dicho sea sin acritud hacia la masa, cuyas veleidades televisivas nos permiten, de vez en cuando, disfrutar de una serie decente al hacerla rentable. Porque gente rara, no hay la suficiente, parece ser.
No he encontrado informaciones recientes sobre la serie en castellano (en realidad, casi no hay otra cosa que corta y pega de notas de prensa) así que todo son conjeturas. De todas formas, estará disponible en las redes P2P pronto, y seguramente en pocos días aparezcan subtítulos extraoficiales. Personalmente, prefiero la versión original de Roma, porque al doblaje que le hicieron me parece que le falta garra. Igual es la dirección, la falta de sonido ambiente, no sé, pero lo cierto es que los actores de doblaje de Roma me han gustado en otras series, y en esta decididamente me quedo con la versión en inglés.
Si nunca has visto Roma, serie de TV, en su día hicimos aquí una reseña.
Una página colectiva y ecléctica para comentar y apuntar cosas.
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Si quieres curiosear, puedes consultar:
http://tira.escomposlinux.org
La tira ecol ha vuelto.