En Barrapunto se hacen eco de la noticia aparecida en Slashdot sobre los rumores de la vuelta al ruedo de Futurama. Ahora mismo la fuente de la noticia, el Sydney Morning Herald, está bajo el síndrome de Slashdot, que es una forma de morirse de éxito (más sobre esto en los enlaces relacionados, al final de esta nota. La versión castiza es "barrapuntear"). La noticia, inaccesible por el momento a causa de los miles de chiflados que quieren leerla y que atestan el servidor del periódico, recoge ciertos comentarios de Matt Groening sobre hipotéticas nuevas temporadas. Es imposible saber si Groening, el creador de Los Simpson y Futurama, está haciendo presión mediante esas declaraciones, intentando demostrar la expectación de los fans, o, precisamente, creando las condiciones que dice que ya existen.
En la Wikipedia dicen que, desde mayo de 2005, se barrunta que la serie pudiera volver. Esta noticia tiene su enjundia, más allá de la preferencia personal hacia la serie. Interrumpida porque se la tenía por serie difícil, demasiado caústica e impopular, el éxito de las ediciones en DVD y la presión de los fans parecen indicar que hay mercado suficiente para continuar la producción.
Muchas noticias más sobre esto y sobre otros asuntos mencionados en esta nota:
El escritor Neal Stephenson popularizó este artículo (en inglés) sobre las personas introvertidas, escrito por Jonathan Rauch. Es un poco maniqueo, todo hay que decir; un panegírico sobre lo estupendos que son los introvertidos. Según la Wikipedia, lo más normal es que la gente ande en diversos grados no extremos de una escala, introduciendo, además, el término "ambivert".
Una entresaca del artículo de Rauch:
"¿Conoces a alguien que necesite soledad todos los días? ¿Que le gusta conversar y puede hablar en público, pero se siente incómodo en grupos grandes? ¿Que hay que llevarlo a rastras a una fiesta y luego necesita días para recuperarse? ¿Que se siente incómodo cuando la gente se acerca y le dice algo amable? [...] ¿Parece arrogante, autosuficiente?" [generalmente no es ninguna de esas cosas].
"No es antisocial, ni misántropo, ni tímido. No es un síntoma de depresión y no necesita medicación. Para un introvertido, estar solo con sus pensamientos o dedicado a sus asuntos es tan reparador como dormir y tan nutritivo como comer."
Hagiografías a parte, hay que señalar que el artículo se aproxima bastante a la realidad.
Hace cinco siglos, Mateo Flecha (el viejo) escribió este villancico:
La Bomba (el dindirindín)
Ande, pues, nuestro apellido,
el tañer con el cantar
concordes en alabar
a Jesús rezién nascido.
Bendito el que ha venido
a librarnos de agonía.
Bendito sea este día
que nasció el contentamiento.
Remedió su advenimiento mil enojos,
Benditos sean los ojos
que con piedad nos miraron
y benditos que ansí amansaron tal fortuna.
Al hilo (véase "King Kong en panne") de la tercera versión de King Kong y de la serie de televisión "Roma", he encontrado en Espada y Brujería este artículo que resume muy bien una sensación creciente:
"antaño, cuando uno quería ir a ver productos de entidad y empaque, se iba al cine. Porque era en el cine donde estaban los mejores profesionales de guión y dirección, el cine el que gozaba de los mayores presupuestos para contratar a los actores más solventes o populares del momento, y era en el cine donde se podían encontrar los mejores tratamientos sobre los temas más comprometedores para la audiencia [...]. La televisión era un medio de segunda categoría, y, como tal, quedaba relegada para el entretenimiento más barato, simple y fácil. [...]
Esto ya no es así. El cine ha pasado a ser (más que nunca) un negocio de masas, con todo lo que de inevitable en la pérdida de calidad conlleva. [...] el nivel de exigencia ha descendido a niveles mínimos. Tanto es así que muchas obras de los años 80 son consideradas de culto, cuando en su época no eran sino vulgar cine palomitero para algunos (“Los Goonies”, “Gremmlims” o la saga “Rambo”, por poner algunos ejemplos) [...]."
La nota desarrolla esas afirmaciones y se extiende analizando cuatro series de TV, entre ellas "Roma" y "Los Soprano". Lo cierto es que el cine es cada vez más aburrido y que, para ver una película independiente, tanto vale verla por la tele o en DVD (para la mayoría de las personas que ven cine no comercial, quiero decir). Al final, el cine queda relegado a esas películas que uno va a ver en sala grande porque sólo pueden disfrutarse con una pantalla grande y unos altavoces potentes. Es decir, el triunfo de la forma sobre el fondo. Lo que, por sí solo, no está ni bien ni mal, pero hace un lustro era impensable que fuera precisamente la tele la que dignificase al cine.
Uno mismo puede aplicarse el cuento: cada vez más, prefiero ver series a cine, lo que no deja de llamarme la atención. Supongo que hay detalles prácticos: los capítulos son cortos (y más asequibles en días de labor), y una sola serie de varias temporadas supone material de confianza, mientras que cada película es una incógnita. Por otro lado, hay que llamar la atención sobre King Kong: se estrena la tercera versión y eso que no cuento las variantes raras y secuelas. ¿Qué puede aportarse de nuevo después de siete intentos de contar una historia? Mayormente espectáculo y efectos especiales, es decir, apariencia y nada de sustancia. Lo que no es ni bueno ni malo, pero ilustra bastante bien lo que ocurre.
Una página colectiva y ecléctica para comentar y apuntar cosas.
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Si quieres curiosear, puedes consultar:
http://tira.escomposlinux.org
La tira ecol ha vuelto.